La magnífica talla del Cristo de la Piedad de Antonio de Borja (S.XVIII) volvía ayer a las calles de Oviedo.
Además del Crucificado la procesión estaba formada por la Santa Cruz portada a hombros de los cofrades de Santa María la Real de la Corte, como lo había hecho al refundarse la Cofradía, el Santo Cristo Flagelado , que lucía hermoso tras su restauración , y la siempre impresionante María Santísima de la Amargura.
Acompañados por la sección de tambores y timbales de la Cofradía la Banda de ccytt del Santísimo Cristo de la Piedad y la Banda de música de la Unión musical del Principado conformaban la procesión más extensa de todas las que se organizan en la capital del Principado.