Ayer se celebraba en la parroquia de San Pedro de Los Arcos la festividad de su Patrón.
También ayer, día de San Pedro y San Pablo, celebraba la Cofradía de la Entrada de Jesús en Jerusalem, la popular Borriquilla, su tercer Aniversario. Doble celebración por tanto en la vetusta parroquia de las faldas del Monte Naranco. Celebración que daba comienzo con una Misa especial, especial por estar presidida por don Francisco Javier Suárez párroco de San Juan el Real (que este año cumple su primer Centenario) y buen amigo de don Jorge y además concelebrada por otros 5 sacerdotes entre los que se encontraba el Arcipreste de Oviedo.
Pero si por algo fue muy especial la celebración de ayer fue por el acompañamiento musical elegido para la misa, la gaita. Fue la de ayer una Misa de Gaita declarada no hace mucho Bien de interés Cultural por la UNESCO y que es una tradición que ya se ha perdido en otras regiones siendo Asturias el último reducto que ha mantenido esta tradición a lo largo de los años y que sin duda fue iniciada gracias a la labor de muchos sacerdotes de parroquias rurales asturianas que supieron adecuar la gaita y la tonada asturiana a las diferentes partes de la misa.
Varias fueron las piezas interpretadas en esa peculiar mezcla de tradición popular (gaita) y culta (latín), pero si nos tenemos que quedar con una es sin duda con el "Kyrie" del comienzo de la celebración.
En el transcurso de la Misa se bendijeron las medallas de los nuevos cofrades de La Borriquilla. Estas les serían impuestas al terminar la celebración a la que asistieron, como es costumbre, representantes de varias penitenciales de Oviedo así como el presidente de la Banda de cornetas y tambores del Santísimo Cristo de la Piedad , hermanada con la Borriquilla y cuyo banderín ocupaba un lugar destacado junto al de la penitencial de San Pedro de los Arcos.
Concluían las celebraciones religiosas con la procesión de San Pedro por las inmediaciones de la Parroquia acompañados por la Banda de Gaitas Vetusta. Al finalizar la procesión se repartieron los tradicionales bollos preñaos regados por sidra bien fresca, y refrescos para los mas pequeños, que se agradecían dada la tarde de sol y calor que disfrutamos ayer en Oviedo.