Al anochecer del Martes Santo la Cofradía del Silencio y Santa Cruz iniciaba su Procesión.
La penitencial de blanco y morado sacaba a la calle a sus cofrades para acompañar a Cristo en su Flagelación, Expirando en su Piedad y a su Santísima Madre de la Amargura, con la presencia como siempre de los hermanos leoneses de la Real Cofradía de Minerva y la Santa vera Cruz.
Expectación para contemplar a sus imágenes cristíferas recién restauradas en la calle y sobre todo para volver a ver al Santísimo Cristo de la Piedad en las calles de Oviedo tras más de medio siglo sin hacerlo. Salía el Cristo barroco de Antonio de Borja en el trono de la Santa Cruz ( esta volvía a los hombros de los hermanos nazarenos como en sus primeras salidas) en un paso profusamente adornado en el que destacaban los cardos a los pies del Señor y los velones morados con el emblema de la Cofradía de Santa María la Real de la Corte. Acompañaban a este paso la la Banda que le tiene como titular, la Banda de cornetas y tambores del Santísimo Cristo de la Piedad y delante de ellos el Santo Cristo Flagelado. A María Santísima de la Amargura le acompañó , como el año anterior la Banda de la Unión Musical del Principado.
Así, tras el Acto de las Bienaventuranzas, dio comienzo la Procesión en la Plaza de Feijoo. Aquí os dejamos una primera galería de este Martes Santo en Oviedo.
