Ayer la Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno de Oviedo celebraba su día grande.
Como cada año, cuando se despide la última luna del invierno, Nuestro Padre Jesús Nazareno de Oviedo tiene una cita un poco más especial que la que a diario mantiene con todos sus fieles devotos de Oviedo y Asturias.
Santo Domingo estuvo ayer todo el día abierto y con misas cada dos horas aproximadamente . Son muchos los devotos del Señor que se acercan a cumplir con la tradición de los 33 credos ante su vetusta estampa.
La Misa solemne tuvo lugar a las ocho de la tarde, presidida por el Padre José Antonio Rodriguez y concelebrada con varios de sus hermanos dominicos. A la misma, como siempre, acudieron una amplia representación de las penitenciales de Oviedo así como de la muy antigua Cofradía de Nuestra Señora de la Esperanza de Oviedo, La Balesquida. Tampoco faltaron los representantes de las cofradías leonesas hermanadas con la ovetense.
Como es habitual en él una sentida y emotiva homilía del Padre José Antonio y al finalizar la Eucaristía la imposición de las medallas a los nuevos cofrades. Acto con el que se cerraron las celebraciones religiosas para tras la Misa sentarse a la otra mesa, la de hermandad, en una cena organizada por la penitencial de Santo Domingo.
|
Ellos son nuestra esperanza |
|
La buena gente de León |
|
La buena gente de Oviedo |