Cuando La Dolorosa de Oviedo sale de San Isidoro se para el tiempo.
Es sábado Santo, todo se ha consumado y Ella , en su Soledad, recorrerá desde bien temprano las calles de Oviedo acompañada de damas enlutadas y capuchones morados sobre terciopelo negro.
Sobre su pecho , como sobre el de la Madre, una espada de dolor atraviesa su corazón.