La iglesia conventual de los Padres dominicos se quedó pequeña para acoger a la cantidad de gente que quiso acompañar a la familia y a la Hermandad de Aladino.
Antes de comenzar la celebración los representantes de las penitenciales ovetenses, comentaban en corrillos lo sorpresivo de la noticia, la juventud de Aladino, y sobre todo lo buena persona que era y lo mucho que trabajó por la Semana Santa de Oviedo. Es bueno recordar que fue uno de los artífices que allá por el año 94 retomaron la actividad en la Hermandad del Nazareno. Aladino Cazón formó parte de la Junta de Gobierno del Nazareno que un año después pondría el Paso del Señor de Oviedo de nuevo en las calles de Vetusta tras casi 40 años sin pisarlas.
Con el estandarte del Nazareno situado en el altar, la Junta del Nazareno y la familia de Aladino en los primeros bancos, se celebró la Eucaristía. Fue presidida por el Fray José Antonio Rodríguez, Director Espiritual de la hermandad y concelebrada por D. José Luis Alonso Tuñón delegado diocesano de Piedad Popular y Rector de la Cofradía del Santo Entierro asi como de varios padres dominicos.
Como no podía ser de otra manera, sentida homilía en la que el recuerdo de Aladino fue constante "un corazón grande como era él , grande", dijo D. José Antonio. Pero fueron las palabras de D. Juan Armando Velasco, Vice Hermano Mayor del Nazareno , las que al finalizar la Eucaristía nos llenaron los ojos de lágrimas. Un sentido recuerdo al que, como el señor Velasco dijo, era el alma de la Hermandad del Nazareno. Agradeció el Vice Hermano Mayor las muestras de afecto y cariño recibidas de todos los presentes y especialmente de los miembros de las Juntas de Gobierno de las penitenciales ovetenses y de las Cofradias leonesas , hermanas del Nazareno y que se desplazaron hasta la capital asturiana para dar el último adiós a Aladino Cazón Trapote.
Descansa en Paz, hermano Aladino, que este año, a buen seguro, tendrás un lugar de privilegio para contemplar la Procesión del Nazareno gozando ya de su presencia.