A la celebración presidida por el Señor Arzobispo de Oviedo, acompañado por su Obispo auxiliar y el Cabildo catedralicio, asistieron numerosos fieles que llenaron por completo tanto la nave central como las laterales de la Sancta ovetensis.
Don Jesús Sanz Montes repasó en su homilía la vida del Apóstol Mateo, la importancia de las reliquias de la Catedral de Oviedo en especial el Santo Sudario y tuvo unas palabras para valorar las últimas declaraciones del Santo Padre, que tanto revuelo han causado, magistralmente ligadas con el tema de la perdonanza.
Antes de la finalización de la Santa Misa tuvo lugar la bendición con el Santo Sudario. Última de este año, hasta el próximo Viernes Santo no tendremos oportunidad de volver a ver la sagrada reliquia. Gran expectación este año, seguramente alimentada por la exposición que durante todo el verano ha estado instalada en Oviedo centrada en el Santo Sudario Oviedo y Sábana Santa de Turín.
Antes de la bendición el Arzobispo no olvidó el motivo originario de esta tradición secular. Saludó en varios idiomas a los diferentes peregrinos que desde todos los lugares del mundo acuden a Oviedo en su camino hacia Santiago de Compostela como desde hace más de mil años llevan haciendo miles y miles de peregrinos .
Pero la Bendición con el Santo Sudario no es la única tradición arraigada en el pueblo carbayón en este día de San Mateo. Al finalizar la Misa Mayor de San Mateo se abre esa puerta situada junto a la Capilla del Rey Casto que el resto del año permanece cerrada (solo otro día al año se abre, en la lectura del Evangelio de las bodas de Caná).
Tras esa puesta se encuentra una hidria marmórea de grandes dimensiones que ha sido rellenada de agua bendita para este día de fiesta. Esa puerta se abre en San Mateo para repartir el agua que contiene la hidria que según la tradición estuvo en las bodas de Caná. Es una de esas seis tinajas en las que Nuestro Señor convirtió el agua en vino. Otro de los tesoros de la Catedral ovetense.
Hidria de Caná |
Una vez en el exterior nos podemos para a recoger ,a las puertas de la Catedral, la tradicional "Paxarina" y luego al Campo de San Francisco a comer el "Bollu preñao".