En Asturias, Pravia es una de esas localidades. Es fiesta local y en esta bella Villa se celebra una solemne Procesión con el Santísimo Sacramento.
Sus calles se cubren con alfombras de flores y sal coloreada, sus balcones son engalanados con la enseña nacional y los niños que han tomado su Primera Comunión procesionan orgullosos luciendo sus blancas vestiduras.
Este año se ha recuperado el Baldaquino y así la Custodia fue llevada a hombros durante la procesión. Muy sencillo pero no por ello muy bello, como dice un buen amigo "la noble sencillez para llevar al Rey de reyes".
Hoy he podido estar en Pravia y disfrutar de una mañana apacible, aunque el viento jugó una mala pasada a las alfombras, y tomar unas cuantas fotografías.