La procesión se celebró desde la iglesia de Santo Domingo hasta el claustro conventual. Por el interior del mismo con paradas en cada una de las esquinas se fueron rezando los misterios del Santo Rosario dirigidos por un Padre dominico intercalados con diferentes cantos litúrgicos.
En la procesión participaron , además de numerosos feligreses, varios hermanos de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno y entre ellos varios de los componentes de su Junta de Gobierno que se encargaron de abrir la procesión con el Teniente de Hermano mayor portando la Cruz procesional acompañado del Secretario y Tesorero de la Hermandad Nazarena. También fueron éstos los encargados de llevar las andas de la Virgen.
Una procesión de recogimiento y oración, recuerdo de otras épocas en las que esta procesión recorría las calles de Oviedo. Acompañada por la Banda de Música de Oviedo salía de Santo domingo y se dirigía hacia el socorrido Altar de las escalinatas de la Diputación (usado en Corpus y en Pentecostés) donde se cantaba la Salve popular, en la procesión se llevaban unos estandartes pintados a óleo representando los Misterios del Santo Rosario, tristemente desaparecidos.
Nuestra Señora del Rosario, ruega por Nosotros.