El día 1 de noviembre de 1950 el Santo Padre, Pio XII, declaró dogma de fe la Asunción de la Virgen María a los cielos:
«Después que una y otra vez hemos elevado a Dios nuestras preces suplicantes e invocado la luz del Espíritu de Verdad, para gloria de Dios omnipotente que otorgó su particular benevolencia a la Virgen María, para honor de su Hijo, Rey inmortal de los siglos y vencedor del pecado y de la muerte, para aumento de la gloria de la misma augusta Madre, y gozo y regocijo de toda la Iglesia, por la autoridad de nuestro Señor Jesucristo, de los bienaventurados Apóstoles Pedro y Pablo y nuestra, proclamamos, declaramos y definimos ser dogma divinamente revelado:
Que la Inmaculada Madre de Dios, siempre Virgen María, cumplido el curso de su vida terrestre, fue asunta en cuerpo y alma a la gloria celestial».
No sabía que imagenes elegir para ilustrar esta entrada, la Virgen María está presente en la Semana Santa de forma dolorosa tras su Hijo, cautivo, flagelado, sentenciado, crucificado o muerto. Pero para la entrada de hoy quería otra representación y creo que la imagen que os muestro es perfecta, pues siendo parte de nuestra Semana Santa tiene otro significado menos pasional. Se trata de María Santísima de la Amargura en su Procesión Extraordinaria del mes de mayo de 2011 con motivo del X Aniversario de la Refundación de la Cofradía del Silencio y Santa Cruz. Vestida de blanco inmaculado, símbolo de la Resurrección, y frente a la Sancta Ovetensis.
Pues feliz día de la Asunción. Y felicidades a las que hoy celebran su onomástica, que no son pocas, entre ellas: Asunción, Reyes, Alba, Azucena, Paloma, y por supuesto María.