El día festivo de ayer , Martes del Campo en Oviedo, gira en torno a la imagen de Nuestra Señora de la Esperanza de Oviedo, nuestra querida "Balesquida".
El origen de esta fiesta tan tradicional en Oviedo está en la procesión que antaño se realizaba por la Cofradía de Nuestra Señora de la Esperanza de Oviedo. Está procesión partía de la Capilla de la Balesquida , sita en la Plaza de la Catedral, hasta la Capilla de Santa Ana de Mexide.
En las primeras reglas de la Cofradía de las que se tiene constancia (datan de 1450 y aparecen en una tabla de S. XVII sita en la Capilla), se hacía constar la obligación de la Cofradía de además de realizar la citada procesión con parada en San Tirso a su vuelta para rezar un responso, de entregar a cada cofrade "media libra de pan de fisga, torrezno y medio cuartillo de vino de pasado el monte".
La procesión, con el paso del tiempo , dejó de ir hasta la Capilla de Santa Ana, para hacerlo hasta la Capilla de Santa Susana (ya desaparecida) situada en la esquina de la Calle Santa Susana con la Calle Pérez de la Sala. Dada la proximidad del Campo de San Francisco comenzó a comerse ahí el tradicional almuerzo campero.
En la actualidad la procesión ha sido trasladada al sábado anterior al martes de Pentecostés. Bien podía la Cofradía de Nuestra Señora de la Esperanza recuperar esta tradicional procesión del Martes de Pentecostés. Con un buen amigo comentaba ayer, Martes de Campo, lo ideal que sería este día para ver a la Virgen de la Esperanza por las calles de Oviedo como antaño, un día de fiesta, de fiesta grande en Oviedo. Estaría fenomemal que terminase esta procesión en el Campo de San Francisco con una Misa Campera presidida por la Señora.
El Martes del Campo la Capilla de la Esperanza de Oviedo se llena de actividad. A las diez de la mañana Santa Misa y bendición del pan. Mas de 700 "bollinos de cuernos" se repartieron entre los fieles una vez concluida la Misa, como siempre se agotaron en un momento.
Y de allí al Campo de San Francisco, al reparto del "Bollo preñado" y la botella de vino blanco, en recuerdo de aquella "media libra de pan de fisga, torrezno y medio cuartillo de vino de pasado el monte" que decían las antiguas Reglas de la Cofradía de Nuestra Señora de la Esperanza de Oviedo.
Pero no concluye ahí el día, la capilla de Nuestra Señora de la Esperanza de Oviedo continuó con una enorme actividad a la largo de todo el día, hasta las nueve de la noche que cerró sus puertas. Cientos de personas se acercaron a realizar la tradicional y devota visita a la Señora para dejar su vela en el altar, llevarse un recuerdo en forma de imagen , medalla, estampita o pin y pedir la intercesión de la Madre por la salud propia y de los seres queridos.
Más de 600 velas iluminaban ayer el Altar de la Capilla de la Esperanza de Oviedo |